Si tu vida fuese muy diferente, con un blanco horizonte de frente, luminoso y radiante como un diamante,
Si fueses capaz de soportar las inclemencias del tiempo, las tormentas de la vida y el frío polar, con una amplia sonrisa como si nada fuese mal,
Si no te diera miedo la oscuridad de las profundidades, ni tuvieras una casa que pagar, con una asquerosa hipoteca a treinta años que librar,
Si la comida la encontraras con sólo salir a bucear, si fueras siempre impecable y elegante, luciendo un flamante frac,
Si tu vida fuese así, escúchame bien, si fuese como te digo…
Entonces…serías un pingüino.
Si no eres un pingüino y eres más feliz que un regaliz, inconsciente de tus miedos y temerario sin más, entonces no te vayas al psicólogo, no te vayan a arreglar, que lo normal es sentir miedo y hastío cuando las cosas te van mal.
Y esto lo digo al hilo de que son las dos de la madrugada y mañana tengo una intervención quirúrgica para poder ponerme de nuevo quimioterapia. Es una pequeña incisión, no es que sea una gran operación, (esa ya la tuve), y estoy sin pegar ojo porque he caído en la trampa de si mi vida fuese ideal.
Pero no me gustaría acabar de esta manera y sin contar que me esfuerzo por ser consciente de que pase lo que pase, todo se arreglará, que la vida son dos días, y que al final, tenemos muchos momentos buenos, (más de los que creemos), que por desgracia dejamos pasar, porque los damos por hechos, porque creemos que es lo normal, sin darnos cuenta de la gran suerte que tenemos…¡con todo lo que la vida nos da!