Las mujeres que aman demasiado

Ahora que estoy en plena campaña de dar a conocer la nueva novela que he publicado en Amazon, y que en breve saldrá en papel, me gustaría compartir una entada que publiqué en el  blog novela todas mis razones y que de manera menos extensa decía lo siguiente:

Me gustaría empezar este blog, presentación de la novela Todas mis razones, y otros desastres, que acabo de publicar en Amazon, a una de las principales fuentes de las que bebe la historia que aquí se cuenta: El inmejorable libro de autoayuda: Las mujeres que aman demasiado, de Robin Norwood.

En su contraportada se puede leer lo siguiente:
– ¿Por qué tantas mujeres se obsesionan con el hombre equivocado, indiferente, adicto al trabajo, al alcohol, a otras mujeres que no les corresponde en el amor?
– ¿Por qué descuidan sus intereses para estar siempre disponibles para él?
– ¿Por qué se sienten vacías sin él, a pesar de que estar a su lado pueda resultar un tormento?

En este libro, Robin Norwood desgrana relaciones de mujeres con infancias claramente traumáticas, con padres alcohólicos, maltratadores, y con otros grandes problemas emocionales y de conducta… y me di cuenta, tras muchas charlas y sesiones, de que este aprendizaje se puede extrapolar a otro tipo de traumas, más velados, incluso para el que los sufre, que acaban desembocando en un resultado muy parecido. Se trata del fracaso en el intento (y anhelo de todos) de ser amado.

De ahí que la protagonista de la novela que quise escribir provenga de una familia digamos «más funcional», permitidme las comillas, no hay familia totalmente funcional, eso ya lo sabemos. Todas las familias tienen sus cosas, más o menos graves, y en algunos casos hay que hilar más fino para poder llegar a las entretelas de la dificultad a la hora de crear vínculos de pareja, pero no siempre es fácil encontrarlo.

De esta manera, podía escribir una novela más ligera, con un toque de humor y de drama más propio de la intensidad de la juventud, que de una infancia extremadamente traumática, al menos desde el punto de vista del lector. Con una temática más cruda de fondo no podría haber escrito una novela con el tono que quería.

Ahora bien, si le preguntásemos a la protagonista, quizá nos contara su propio punto de vista, que sería muy distinto de quien lo mira desde fuera y lo compara con un baremo de «normalidad popularmente estandarizado”, y que cataloga muchas veces las situaciones de una manera excesivamente sencilla: Si no te han pegado, tus padres han estado siempre ahí, y te han llevado de vacaciones, entonces has tenido necesariamente unos vínculos sólidos… O no.